MIS EXPERIENCIAS DE VIAJE

Descubriendo un país hermoso: Bélgica. Parte 1 – Qué me pareció Bruselas.

A Bélgica lo voy a contar en dos o tres notas porque creo que cada una de las ciudades que recorrí tienen sus particularidades y no se pueden contar todas como una!

Mientras iba planeando el viaje y qué ciudades ir recorriendo, varias eran las posibilidades. Al principio quería ir a Austria, luego pensé en Budapest, pero no sé por qué algo me dijo que tenía que ir sí o sí a Bélgica.

Así que busqué alguien que me pudiera alojar en Bruselas por 5 noches en la ciudad para ir moviéndome desde ahí (al principio me iba a quedar unos días en cada ciudad que quería visitar pero después me di cuenta que no valía la pena, ya que en Bélgica todo es cerca!) y me aceptó una chica por couchsurfing.

Mi couch una genia que me dio la llave de su casa y la libertad para manejarme como quisiera, el departamento era divino, con un balconcito que cuando daba el sol (casi todo el día) no había algo más lindo que tomar unos mates, una birrita o sólo disfrutar de ese momento. El barrio estaba muy bien porque si bien no era cerca del centro se podía ir caminando y sino estaba a una cuadra del metro. Así que el recibimiento en Bruselas fue genial!

La capital fue lo que menos me cautivó. Una ciudad grande, que no tiene mucho por visitar salvo dos cosas: la plaza central en el casco antiguo que está catalogada como una de las plazas más lindas de todo Europa; y el museo de la música que es uno de los más grandes. A la plaza fui, al museo no entré porque para variar cuando quise ir estaba cerrado!

La plaza es hermosísima, porque los edificios que la componen son una locura! Ornamentos en todos ellos, es considerada una de las plazas más bellas de todo el mundo y de hecho está inscripta como patrimonio de la humanidad de la Unesco; edificios antiguos, imponentes, algo que si no lo ves en vivo no lo imaginas.

Después en sí en el casco histórico no hay tanto. La principal atracción de la ciudad es el Maneken Pis, una estatua de un nene haciendo pis. Por lo que leí no tiene nada de particular, de hecho es tan difuso su origen que hay varias leyendas acerca del mismo pero nadie puede asegurar nada; y luego más tarde hicieron a la novia: una nena haciendo pis, pero que está atrás de unas rejas, así que si uno no la busca, no la ve. También leí que está el perro haciendo pis, pero no llegué a verlo!

Por otro lado otro de los principales monumentos es el átomo al que no fui porque está un poco más alejado del centro y me dio fiaca! (el día que pensaba ir preferí quedarme en la casa relajando).

Como les dije al estar alojándome más lejos del centro hice todo caminando para poder conocer un poco más la ciudad ya que no pretendía recorrerla más de uno o dos días. Si bien es una linda ciudad, no me gustó su construcción y no me cautivó caminarla.

De hecho pasé por el edificio de la Unión Europea porque es característico por su arquitectura, pero no me gustó! Contrariamente a esto los parques son muy lindos, uno de los principales es donde esta el arco que conmemora la liberación de Bélgica.

Lo particular de este país es que en las distintas ciudades hablan un idioma diferente. Por lo que sé y lo que viví, en Bruselas hablan francés pero por ejemplo en Gent que es otra de las ciudades donde fui hablan un dialecto que se llama flamenco que es una mezcla con el holandés. Así que con el idioma me sentía un poco perdida (obvio que yo hablaba en inglés!), pero es raro escuchar en un mismo país diferentes idiomas.

DE BRUSELAS ME LLEVO…

De esta ciudad me quedo con la gente! Cuando llegué a esta ciudad me pasó algo muy particular que no me venía pasando al momento y se los voy a contar!

El día que llegué a la ciudad, como fue a eso de las 15hs/16hs y mi couch terminaba de trabajar a las 18hs, tenía que hacer tiempo. Así que decidí ir por donde vivía y buscar un café cerca para descansar un poco ahí y esperar que se hiciera la hora.

Encontré una cafetería súper bonita y entré a tomar algo y refrescarme porque hacía demasiado calor! Y después de un tiempo de estar sentada allí, se sentó en una mesa cerca un señor mayor que luego de que pidió lo que iba a consumir, me habló (sinceramente no recuerdo cómo empezó la charla, creo que preguntándome el nombre) y nos pusimos a charlar. Pablo, de más de 70 años (no recuerdo exacta la edad que me dijo pero creo que estaba más cerca de los 80), hablaba francés, inglés, español, portugués porque era pastor. En religión soy muy mala, pero por lo que me dijo era Católico de la misma línea que el Papa Francisco (lo único que reconoció cuando le dije que soy Argentina jeje).

Me preguntó mi edad, por qué estaba allí y si bien no se acordaba de las cosas y me preguntaba varias veces lo mismo, me enterneció. Me pidió mi teléfono para llamarme si alguna vez estaba por Buenos Aires! Un señor que toda su vida viajó (entiendo que a predicar) y hasta había estado viviendo unos meses en un país “pobre” como él me dijo, lo gracioso que ese país pobre era Brasil…

Daba misas, casaba gente (también me dijo que si necesitaba que me casara él lo podía hacer), dibujaba y pintaba (me dijo que mi fisionomía era perfecta para pintarla en un lienzo jaja) y por lo que me había dicho había vivido la vida! Se lo sentía contento cuando lo contaba; pero hoy vivía en un asilo de ancianos (eso había sido lo primero que me contó) y él trataba de salir a caminar todos los días porque sus compañeros no estaban bien de salud y todas las semanas moría alguien, tal cual me dijo.

La verdad es que cuando me contó esto me entristeció: nunca me gustó que las personas mayores terminaran en asilos, aunque se que hay personas que no tienen otra salida porque están solos, sin familia que los pueda cuidar. Pero él tenía familia, una hermana si mal no recuerdo…

Entonces, pienso y siento… ¿qué cosa puede ser más importante en cada una de nuestras vidas para dejar que un familiar viva con personas que no conoce, en condiciones peores a las suyas muchas veces sabiendo que los contextos en los que uno vive siempre forjan el ánimo? Y esta vez no voy a responder la pregunta, por que cada uno tiene la suya. Pero lo único que si quiero decirles es… me criaron en una familia en donde justamente eso es lo más importante, teniendo como ejemplo (con todo lo bueno y malo) las relaciones que tienen mi papá y mi mamá con sus respectivos hermanos; enseñándome diariamente que la familia es nuestro apoyo, son las personas en las que podemos confiar cuando todo está mal, las personas con las que podemos tener muchas discusiones pero siempre estarán brindando un abrazo o la ayuda necesaria para seguir adelante. Entiendo que no todas las familias son iguales y que cada vivencia es propia, pero con esto lo que quiero transmitir es… son más importantes los rencores y las broncas por sobre el amor? Soy partidaria de que cada uno debe vivir su propia vida, pero si uno no tiene el acompañamiento de la familia creo que todo es más difícil, y por eso soy una convencida del Sanar todas esas broncas que en algún momento de nuestras vidas nos molestaron, nos hirieron… porque fueron en un momento de nuestras vidas, en el pasado. Y hoy es presente.

Hay personas que no olvidan, y está perfecto pero no olvidemos para poder solucionar ese problema, sanarlo y seguir adelante. Porque una vida con amor es mucho más feliz que una vida con odios.

Cuando el cuerpo tiene una herida, primero la cura y para cuidarla la cierra; y con los años esa herida muchas veces desaparece o se transforma. Sería bueno que tomáramos ese ejemplo con nuestros sentimientos, para que aquellos que nos hirieron, nos dejaron una marca, un día sean cerrados, cicatrizaos y curados para dejarlos en el pasado, recordándolos casi como una anécdota una vez sanados. Imagínense que el cuerpo no podría vivir con todas las heridas abiertas, se infectan y se pudren!

“Es bastante difícil no ser injusto con lo que uno ama.” – Oscar Wilde

Bueno, me poseyó el alma de este señor para predicar! Jeje. Pero justamente esa es una de las cosas que me llevo de este lugar. Porque no hay algo más lindo que poder sentarse a hablar con otros, y sobre todo cuando uno no comparte el mismo entorno, porque muchas veces nos damos cuenta que todos por más diferentes que seamos, estamos hechos con el mismo molde.

Y con esto uno se da cuenta de que las personas que se cruzan en el camino por lo menos una hora de tu vida siempre es por algo… sinceramente nunca me había puesto a pensar en detalle de esto que él me contó aunque sí siempre tuve una postura sobre el tema.

Por otro lado, de Bruselas me llevo el sentir que la gente es amable! También al otro día que llegué mientras estaba caminando por una plaza (la plaza de las estatuas) se me puso a hablar el chico que limpiaba. Me contó que vivía con la madre un poco más lejos de la ciudad y que le quedaba poco tiempo en ese trabajo. Y él se me puso a hablar porque me dijo que vio que yo estaba como buscando algo (realmente estaba buscando LA plaza de estatuas que había leído jajaja; para que no se lleven la misma sorpresa que yo, es una placita muy chiquita al lado del museo de arte con sólo 5 estatuas aprox.) y quería ayudarme! Jeje. Encima como me preguntó si hablaba francés y le dije que no, que inglés o español, se me puso a hablar en español!

Quizás es tonto lo que les cuento hoy para algunos, pero que gente desconocida te mire y te hable desde el corazón, me parece un gesto TAN lindo, porque últimamente de la única forma en la que vivimos es la de mirar al de al lado y correr la cara, o bajarla para mirar nuestro propio ombligo. Y ojalá esto sea algo que nunca se pierda!!

Y por sobretodo el agradecerle al otro ese momento que nos brinda y con esto cierro la nota. Cuando me despedí de Pablo me dio las gracias por ese momento compartido y lo mismo yo hacia él. De hecho si hay algo que me acostumbré en este viaje fue justamente a agradecerle a las personas una vez que me despido el tiempo que compartieron conmigo, porque creo que es el mejor regalo que alguien te puede dar… compartir su tiempo con uno!

Bélgica ya estaba tocando mi corazón pero aún me quedaban por conocer Gent y Brujas!

“Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo.” – Eduardo Galeano

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