MIS EXPERIENCIAS DE VIAJE

Tailandia: transitarla por 3ra vez.

Después de los hermosos meses que pasé en Argentina, disfrutando tanto de mi familia y conociendo nuevos lugares de mi país, volví a salir. Nuevamente acompañada de mi pareja (bueno, les hago spoiler y en el día que estoy terminando esta nota ya es ex pareja). Nuevamente con nuevas ilusiones, expectativas y muchas ganas.

Templo Wat Arun, Bangkok – Tailandia // Cámara analógica Olympus

Pasamos unos días en Brasil, conociendo Cabo Frío (no nos habíamos dado cuenta de que caeríamos a Río de Janeiro en carnaval, con todo lo que eso implicada y sobretodo precios irrisorios), llegamos a Andorra, fuimos a ver el recital de Wos en Barcelona, volvimos a Andorra. Nos reencontramos con amigxs. Planificamos cómo íbamos a seguir y tomamos el primer avión que nos acercaba al nuevo continente al que íbamos.

Pero primero disfrutamos unos días en Atenas, Grecia. Yo ya había estado en el 2018 cuando comencé a viajar. Y me había parecido una ciudad tan fea. Pero lo lindo muchas veces de volver a los mismos lugares es que unx los puede resignificar. Y así fue.

Estuvimos en un hostel en Atenas en una parte de la ciudad que me resultó bellísima. Caminamos y caminamos y pude ver esta ciudad de otra manera mucho más hermosa de lo que me había parecido hace 5 años. Aunque sí es cierto que algo no cambió y es que es una ciudad que no es para muchos días porque sino unx comienza a aburrirse un poquito. Lo mejor: la comida. Y que aunque es un país europea, los precios en Atenas son más que accesibles y económicos comparándolo con otros lugares de este continente.

Pero como les comenté Atenas era sólo unos días de paso para tomarnos el vuelo a mi tan amada Tailandia. Y allí si estar (en principio) un mes antes de seguir hacia el próximo destino.

Voy a resumir que lo que pensábamos que sería un mes, terminaron siendo 3. Y que si bien no recorrimos mucho, nos tomamos el tiempo necesario para estar en cada lugar que elegíamos (por supuesto que dependiendo de los voluntariados que nos aceptaban porque el plan era gastar lo menos posible).

Así nos encontramos disfrutando muchísimo de Chiang Mai, lugar que me enamoró ya que la vez anterior sólo estuve pocos días y que me dio las personas más lindas que conocí este año viajando. Conociendo Pai, y disfrutando de los templos de Chiang Rai. (con un argentino y dos españolxs nos alquilamos un coche en Chiang Mai donde compartíamos habitación los 5 y nos fuimos manejando hasta Chiang Rai durante el día, dejando a uno de los chicos en el hostel donde se quedaba en esa ciudad para seguir su camino).

Conociendo personas hermosas las cuales sé que nos van a quedar por siempre.

Pasamos bastante tiempo en Bangkok, y más en Koh Phangan (isla que yo no conocía). Disfrutamos de la hermosísima Krabi y nos fuimos enamorados de este país. Bueno, yo cada vez que voy reafirmo mi amor por Tailandia. Aunque esta vez tuve muchos sentimientos encontrados que paso a contarles a continuación.

“La función propia del hombre es vivir, no existir. No perderé mis días tratando de prolongarlos. Voy a aprovechar mi tiempo.” Jack London 

QUÉ ME LLEVO DE TAILANDIA

Este 3er paso por el país fue un poco diferente.   

Creo que lo que me pasó cuando estuve en Bangkok es que la vez anterior voluntarié en un hostel mucho más alejado del centro turístico de la ciudad, y de hecho lejos del segundo centro (la ciudad es muy grande), pero esta vez estuve voluntariando para un airbnb se ubicaba justamente en este segundo centro donde está lleno de pubs ingleses e irlandeses para exactamente este turismo. Lo que implica: alcohol, drogas y prostitución. Cosas que para el budismo son las más mundanas del ser. Lo que nos ata a la tierra.

No tuve la oportunidad de conocer a nadie local que ejerciera por ejemplo la profesión de ser ama de compañía o prostituta pero me hubiese gustado mucho preguntar muchas cosas, pero creo que la primera siendo mujer hubiese sido, si eligieron eso. Porque considero que si uno lo elige es una cosa, pero si está sometido a un otrx es totalmente otra.

Y ahí también se me viene a la cabeza la pregunta, pero por más que sea con mi aceptación no puede ser que justamente sea un espacio donde el otro puede abusar sólo porque está pagando? Y no le estoy dando un poco mi poder? O eso es lo que me hicieron imaginar a mí y el poder siempre lo tiene quien se vende?

Muchas preguntas más se me vinieron a la cabeza.

Pero sobretodo el observar y tener presente que soy de un país que está realmente revolucionando el papel de la mujer, en por lo menos, muchos más espacios que los que tenía antes, aunque aún falten varios más. Pero que el mundo no es así.

Por ejemplo otra cosa que me alarmó, de este país que tan enamorada me tiene es que no hay monjes mujeres. Y me puse a leer por qué, si era así el budismo. Y no. Por lo que leí Tailandia es uno de los países en donde no permiten a las mujeres ser monjes. Que las que quieren serlo se tienen que ir a Sri Lanka. Pero por suerte hay una mujer que se ha revelado logrando así que más mujeres la sigan en un templo en una ciudad mucho más al sur de Bangkok (no recuerdo el nombre). Al momento no llegan a ser 100.

Tailandia también me recordó mucho a México y las dualidades con las que se puede leer un mensaje: a veces se puede ver que los tailandeses y los mexicanos pierden un poco su esencia al vender su turismo a los ingleses o estadounidenses dependiendo del país. Pero también creo que se puede leer todo lo contrario. Que su cultura es tan fuerte que no importa que un espacio del país se le sirvan a los extranjeros que les dan dinero por pasarla bien a su forma y no a la tailandesa.

Porque si ambos países tienen la particularidad (quizás también Kuta en Bali) es que los lugares turísticos son súper yankees pero entras un poquito en otras partes y se respira la cultura del país.

Tailandia me hizo hacerme muchas preguntas esta vez.

Me enamoró de otra ciudad.

Y me volvió a llenar de felicidad.

Gracias, Gracias, Gracias.

Esta vez también fue un “hasta luego”.

Ahora sigo viaje. A uno de los países a los que siempre quise llegar. Iba con un montón de miedo, no les voy a mentir, pero segura porque viajaba con quien deseaba. Iba con ganas de un montón. De expectativas, de ilusiones, de planes. En la próxima nota se enteran qué pasó con todo eso.

“Sólo aquellos que se arriesgan a ir demasiado lejos pueden descubrir lo lejos que pueden llegar.” – TS Eliot 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *