MIS EXPERIENCIAS DE VIAJE

Berlín, la ciudad que enamora!

Ya desde el momento en que me subí al avión sentí que la energía comenzaba a cambiar…

Cuando llegué al aeropuerto en lo único que pensaba era en que no me hicieran problema para entrar en la Unión Europea (ya había estado un mes entre Italia y Grecia), pero por suerte y después de contestar algunas preguntas… tenía el pasaporte sellado!!! Primer paso dado, felicidad total!

Alemania, Berlín, era un país y una ciudad que nunca tuve en mente visitar, pero que el pasaje desde Kuala Lumpur sea el más barato para volver a Europa fue una de las decisiones por las cuales volé a esta ciudad. Y una vez que comencé a contar a la gente que me iba cruzando en mi viaje que vendría a Berlín todo el mundo me decía que me iba a encantar! Así que eso me daba bastante expectativa.

Y la realidad fue que no se equivocaron! Al momento en que puse un pie en la ciudad y empecé a caminar a la casa de mi couchsurfing que me alojaría, ya estaba enamorada de la ciudad! La primer cosa que me enamoró es que todos andaban en bici!!! (desde que ando en bicicleta en mi ciudad desde hace ya más de dos años, me encanta que las personas lo hagan! No sólo porque uno hace ejercicio sin pensarlo, sino también porque así cuidamos el medio ambiente, hay menos tráfico, a uno lo pone más contento ir a los lugares en bici, te predispone de otra manera!). Y cuando llegué a la casa, todo era perfecto! La casa hermosa, mi couch divina… Sin pensarlo era lo que necesitaba!

En síntesis Berlín es hermosa porque es una ciudad que no es 100% prolija, se ve suciedad, se ven borrachos, se ve gente pidiendo en la calle… pero con todo eso es hermosa, dentro de su prolija desprolijodad. Y además no hay que olvidarse que está en Alemania y este país supo convertirse en una de las mayores potencias.

Las cosas funcionan, funcionan bien, lo lindo es lindo y lo feo es lindo! Tiene arte por todos lados! En cada rincón que mirás hay una pintada un graffiti; y lo más importante… tienen una historia escalofriante de la cual se pudieron recomponer muy bien. Su historia vive en las calles pero no para quedarse en la melancolía, sino para mirar lo que pasó y seguir adelante, desde el muro, los museos, las estatuas levantadas en diferentes partes de la ciudad que conmemoran algún fallecido o muchos por la guerra.

“Aquellos que no conocen la historia están condenados a repetirla” – Edmund Burke

En las calles de Berlín se respira diversidad, igualdad… desde pasear por el barrio gay, donde flamean las banderas en los balcones o ves los stickers con los colores de la bandera pegados en las puertas, caminar por el barrio turco en donde viven desde hace años y podés disfrutar de los mercados (aunque me dijeron que es una de las zonas más peligrosas de la ciudad por el narcotráfico); hasta pasear por los lugares más turísticos o por los hermosos parques donde uno hasta tiene una zona nudista u otro donde se juntan a practicar tango y es hermoso ver cómo lo bailan!

Además lo lindo de la ciudad es que no tiene un “centro” debido a su historia, entonces por más que haya muchísima gente, esto en las calles no se siente.

La realidad es que me quedé una semana en Berlín y sentí que fue poco, porque me hubiese quedado mucho más tiempo (ya me habían advertido que nunca el tiempo es suficiente en esta ciudad); además que me enfermé y me costaba salir de la casa! Y fue un lugar donde terminé de entender varias cosas de los cuales aún debía aprender. Entonces…

QUÉ ME LLEVO DE BERLÍN

En esta ciudad aprendí (como bien publiqué en un post de mi cuenta personal) que en este mundo no hay nada más importante que el estar abiertos a la diversidad, pero realmente estar abiertos. Que el que uno tiene enfrente no importa si es mujer, hombre o lo que elija ser; no importa si es heterosexual, homosexual, pansexual, bisexual o lo que elija; no importa si es blanco, negro, moreno… cristiano, judío, evangelista, musulmán, budista, hinduísta o del credo que sienta, o tan sólo laico. Sino que lo más importante es ser feliz, es sentir que lo que uno hace lo hace para uno, para su propia felicidad y no para la mirada de los demás. Que no hay algo más lindo que tolerar al otro y brindarle una sonrisa. Que todos somos iguales y que el objetivo para todos es ser feliz dentro de su realidad (por supuesto sin perjudicar al de al lado). Aprendí a despojarme de los prejuicios porque uno como persona no es nadie para juzgar al otro!

Gracias Berlín por tu diversidad, gracias Berlín por tu historia y por tu actualidad! Gracias Berlín porque descubrí un lugar que nunca pensé que podría tener interés en visitar y sobretodo en volver!

Y en especial gracias a Tomi y Coty! Dos amigos que me abrieron las puertas de su casa y me trataron de diez! Sin ellos mi estadía en esta ciudad hubiese sido muy diferente!!!

Berlín voy a volver por más!!!

“Si he de morir que me muera de tanto vivir…” – Agarrate Catalina

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