MIS EXPERIENCIAS DE VIAJE

Nueva Zelanda: el tan deseado que no fue.

Después de haber estado 9 meses sin trabajar y disfrutado de la hermosísima Tailandia me tocaba seguir viaje al tan deseado destino desde hacía años y comenzar a vivir una vida que planeaba de una forma diferente. Así que con muchas expectativas y otros cuantos miedo llegué (con mi compa de ese momento) a Nueva Zelanda.

Mount Maunganui – Nueva Zelanda

Cómo empezar esta nota sin contarles todo lo que este nuevo destino significaba para mí.

Nueva Zelanda siempre fue, junto con Australia, uno de esos países que yo anhelaba ir desde que salí de viaje. Dos veces apliqué a la working holidays pero ambas sin suerte, por lo que a fin del 2022 decidí irme a trabajar en negro o con la posibilidad de aplicar a una seasonal working. Pero nada fue como lo esperaba.

Voy a tratar de explicar 6 meses que en mi caso fueron lágrimas desde que llegué hasta que me fui. Y ojo, acá debo ser objetiva y separar mi experiencia personal del país en sí.

Cuando me preguntan qué tal mi experiencia y si me gustó el país tengo que aclarar dos cosas: 1. A los lugares los hacen las experiencias propias de cada individuo; 2. Del país en sí conocí muy poco porque (por suerte) comencé a trabajar a los 10 días de que llegué y lo hice hasta casi el último día antes de irme. De hecho, de los pocos lugares que conocí, fueron hermosos naturalmente hablando.

Pero haciendo esta aclaración, desde el momento que llegué no conecté con el lugar. Auckland me pareció una ciudad fea. Y por suerte solo estuvimos una semana. Luego decidimos mudarnos a Mount Manganui porque nos habían dicho que era un lugar donde había trabajo todo el año (mi compa estaba con la wwh) y que yo quizás podría conseguir trabajo en cash (básicamente en negro, trabajar sin permiso). Esta ciudad si me pareció bonita sobretodo porque es una ciudad costera por lo que al principio vivíamos frente al mar. Pero lo que no nos habían dicho de esta parte de NZ es que el clima es… complicado. Llegamos comenzando el invierno y eso implicó mucha lluvia, mucho frío, mucho viento y que todo eso lo podes tener en el mismo día: amanecer con sol, que luego caiga una tormenta terrible, se nuble, salga un arcoíris, vuelva a llover y así en viceversa también. Hasta diferentes temperaturas en el mismo día.

Por qué comento esto del clima? Porque es algo que a mi persona le afecta mucho. Sumado a que al estar en invierno a las 5 de la tarde se hace de noche. Y bueno… al principio nada sumaba.

Voy a hacerla lo más corta posible y describirles brevemente sucesos que me pasaron que hicieron que, por lo menos al momento, no quiera volver a estas tierras:

  • La primera y fundamental para mí, fue que desde que llegamos, quizás también desde un poquito antes pero no era tan notorio, con mi pareja de ese entonces (bueno, ya saben el final), comenzamos a no estar bien. Y las discusiones fueron eternas desde el principio al final. Aunque siempre con mucho amor, pero fue un momento en donde no nos pudimos poner de acuerdo para continuar juntos.
  • El segundo gran suceso para mí fue que me compré un coche porque me iban a otorgar un sponsor y para ese trabajo necesitaría coche. Y de la mano de la compra del coche más el sponsor a los dos días de la compra tenía que ir a Auckland a hacerme los exámenes médicos para que me otorgaran este tipo de visa. Por qué irme a la ciudad y no hacérmelos donde vivía? Porque necesitaba que los resultados me los entregaran rápido porque se me estaba por terminar mi visa turista entonces tenía que aplicar antes de que esto sucediera y en donde yo vivía se demoraban más de dos semanas en darme dichos resultados y no podría aplicar.

Cuál fue el resultado? Tuve un accidente en la carretera yendo a Auckland y el coche quedó destrozado. Por suerte ni yo ni las chicas con las que iba (una pareja que vivía conmigo) nos pasó nada. Pero bueno ya se imaginarán por todas las emociones por las que pasé. La más recurrente: frustración. Sentía que no podía manejar en ruta porque no sabía hacerlo.

Y acá tengo que agradecer con todo mi corazón a Migue quien fue el único que siguió confiando en mí en cuanto a manejo prestándome su coche muchas veces para ir a trabajar.

  • La tercera viene atada a la anterior. Una semana después de este suceso cuando fui a aplicar a la work visa porque a los dos días del accidente fui a Auckland pero esta vez sí llegue (pues manejaba Miguel), me dijeron que no me daban el sponsor. Resultado: en 3 días se me vencía la visa turista, tenía que renovarla y había gastado mucho dinero en todo esto que al final no fue. Más la experiencia de ver cómo un camión se me tiraba encima y yo terminaba con el auto incrustado entre árboles. Hermoso recuerdo de New Zealand.
  • Cuarto, cuando sucedió todo esto ya era la segunda casa en donde vivíamos porque donde nos habíamos mudado por primera vez y llegamos a estar mes y medio, eran dos personas que no compartían nuestra misma energía (para decirlo de un modo más lindo).

Así que entenderán que no quiero volver nunca más a este país.

Y esto me hace pensar, cómo no guardar rencor frente a un lugar donde para mí todo fue negativo? Bueno… mucho trabajo interno, bastante más terapia de por medio (que claramente volví a empezar más asiduamente en ese momento) y mucho amor a todos los procesos. Esto me da pie a lo que sigue…

“La vida no es siempre una cuestión de tener buenas cartas, sino de jugar bien una mano mala.” – Robert Louis Stevenson  

QUÉ ME LLEVO DE NUEVA ZELANDA

No voy a mentirles, de Nueva Zelanda me llevé el corazón roto. Pero por suerte eso se puede remendar. Una mancha más al tigre qué le hace, no? Y bueno, para mí una nueva mancha es un nuevo aprendizaje y por ende, mucha gratitud a esa enseñanza.

El paso por estas tierras me dejó dos conceptos que hoy los llevo tatuados en mi cuerpo (quienes me conocen saben que desde la primer temporada en Andorra me tatuo las palabras que representan el aprendizaje de esa experiencia quizás no tan grata para ese entonces; Resiliencia, Amor y Gratitud fueron las que me dejaron las dos primeras temporadas en Andorra y la frase “con los pies en el hoy” que la he usado en una de mis notas, fue la de México): CONFIAR y FLUIR.

Confiar en que los procesos son exactos y son puros. Que son los adecuados para el alma.

Fluir con los cambios. No ponernos rígidos en lo que pensábamos que queríamos o cómo queríamos que sucediera, porque nada está atado a nuestras manos para hacer que las cosas funciones como nosotros deseamos al estilo manejar marionetas. Este fluir que les hablo es más el ser maleables a lo que se nos va presentando en el camino y justamente confiar en que eso que se presenta es lo que debemos aprender para nuestra evolución.

Claramente esto lo hablo con el diario del lunes, porque cuando todo fue sucediendo para mí era todo un caos y una catástrofe y eso hacía que me hundiera cada vez más en pensamientos de desánimo que de otra cosa. Todo era un dolor de cabeza.

Tuve la suerte igualmente que a pesar de que con mi compa ya sabíamos que no queríamos seguir juntos fuimos muy compañeros igualmente (pues sólo nos teníamos el uno al otro y estábamos en el culo del mundo!).

Creo que esto también ha sido una gran enseñanza y un gran desafío para ambos, y que se lo deseo a cualquier pareja que pase un momento de separación: tratarse siempre con amor, porque al fin y al cabo eso es lo que nos une desde un principio y si algo se termina es algo que debemos aprender a entender también, como cualquier proceso (ojo, parece que soy lo más pero sufrí un proceso muy de mierda internamente pero acompañado de terapia que es lo que me hace repensar y aprender muchas cosas – aclaro, la terapia que yo hago es transgeneracional, la cual entiendo y creo que es mucho más profunda que una terapia convencional pues va a la raíz de cada cosa).

Así que así me vi inundada de un montón de cosas y teniendo que tomar una decisión: la de seguir en Nueva Zelanda pero separada de mi pareja, con un trabajo en donde un día me decía que quería que me quedara para siempre y al otro día me decía que no sabía si me podía mantener trabajando en negro (si, mi jefe fue un caso aparte que se me apareció evidentemente para que yo terminara de desarrollar mi paciencia y entender que todo es sólo el día a día), sin saber realmente cuál era mi ingreso mensual para irme a alquilar algo sola, y sin sentir que me quería quedar o decidir irme. A dónde? Al lugar al que siempre vuelvo y que me generaba un montón de cosas encontradas dentro mío: Andorra.

Quienes me siguen en redes ya saben cuál fue la decisión. Y para quienes están leyendo sin saber: sí, fue Andorra.

La vida me ponía una vez más a prueba: si mis decisiones me llevarían realmente al lugar donde quería estar o me llevaba a ese parche que necesitaba en ese momento para sanar un montón de otras cosas.

Me fui de NZ con el corazón hecho pedazos (y las lágrimas vuelven en este momento que estoy escribiendo 6 meses después). Me fui de NZ también con alegría de volver a viajar sola. De reencontrarme con esa Celeste que quizás se había perdido por querer adaptarse a la persona que tenía al lado. Me fui de NZ diciéndome “lo que pase será lo correcto que necesito para mi evolución”, y sin trabajo pero con miedo porque lo que tenía ahorrado no era mucho, me compré el pasaje y me fui.

Sé que aún hoy sigo duelando un montón de cosas de esa experiencia, bueno, no les voy a mentir, sigo duelando la separación porque Miguel ha sido una de las personas más importantes que he tenido en mi vida, un gran maestro que me enseñó más cosas de las que imagina. Hasta me enseñó al pedirme que lo soltara para hacer que me reencontrara conmigo.

Se que aún el recuerdo y el rencor muchas veces aparecen, pero cada día lo suelto un poco más. Y el rencor lo transformo en agradecimiento.

Gratitud por este lugar que me enseño que la vida no es más que confiar y fluir para seguir. Confiar en los procesos. Fluir y adaptarse a los sucesos para aprender de cada experiencia.

Agradezco no haber perdido la vida en ese accidente. Agradezco el valor para seguir manejando. Agradezco que no me hayan dado ese sponsor. Agradezco el haberme separado. Agradezco el volver a viajar sola. Agradezco el proceso y la paciencia que me tuve para entender que nada es negro ni todo es blanco. Agradezco el haber ido, para saber que allí no es. Agradezco a las personas con las que viví y con quienes compartí en mi estadía allí porque fueron de gran soporte en mis últimos meses allá.

Y por sobre todo Gracias a Migue porque el amor que nos tenemos trasciende un vínculo en especial o una relación en particular.  

Gracias Nueva Zelanda por haber sido. Ahora me toca seguir.

“Sé agradecido por lo que tienes; vas a terminar teniendo más, pero si te concentras en lo que no tienes, nunca, nunca tendrás suficiente.” – Oprah Winfrey 

 

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