Y esa decisión me llevó tiempo… primero entender que si no lo había hecho antes fue gracias a un proceso que necesitaba pasar de maduración. Luego ir planeando paso a paso el viaje: primero comprar un pasaje a Barcelona sin pensarlo gracias a una promoción en febrero del 2017; luego ir pensando en la idea… y si me voy y vuelvo en unos meses?? Que al principio eran 3… luego 6… y finalmente se hicieron 8. Pero siempre pensar en que todo puede modificarse en el transcurso del viaje.

Segundo, vencer los miedos: de quedarme sin plata en el viaje, de estar lejos de mi casa, mis amigos, mi familia y sobretodo mi perro! Renunciar al trabajo sin tener nada garantizado para cuando volviera.

«Viaja! El dinero se recupera, el tiempo no».

Y por último entender que este era el momento de hacerlo. Salir de la tan conocida “zona de confort” de la que tanto hablan; no tener miedo de vender algunas cosas de la casa que cuando vuelva no las tendré; regalar cosas que ya no uso; despojarse de lo material porque cuando uno se vacía es cuando se puede volver a llenar. Y que esas cosas que me llenen a partir de ahora (en verdad hace unos años) ya no sean cosas materiales, sino experiencias, vivencias, momentos… Afrontar todo lo que te dice tu familia, tus amigos, tus conocidos, siguiendo siempre mis convicciones, y tomando las palabras de aliento y entusiasmo.

Disfrutar con el corazón de todos los momentos que me quedaban y quedan en Buenos Aires, para disfrutarlos cada vez que lo necesite. Leer, informarme, hablar con personas que ya hayan estado en países a los que iré. Imaginar, soñar, sonreír. Valorar lo que tengo y ya dejar de pensar en lo que me falta.

QUÉ ME LLEVO?

A este viaje me llevo todas mis vivencias hermosas que me hicieron crecer como persona en estos últimos años: reírme de mí misma, disfrutar de mis equivocaciones, dejar el prejuicio de lado y abrir el corazón para entender a quién tengo enfrente (y que si está enfrente mío es porque me viene a enseñar algo en este paso por la Tierra). Vivir cada momento con el corazón y no a través de la cámara del celular para que queden en la retina y no en una computadora.

Una mochila cargada de sólo lo necesario, sabiendo que lo innecesario quedará en algún lugar al que vaya con alguien que lo necesite más que yo.

El respeto por cada país y ciudad a la que visitaré, entendiendo y aprendiendo de sus costumbres y no imponiendo las mías.

Amistades que me hicieron crecer, que me llenaron el corazón de amor y aprendizajes.

Calma, paz y paciencia. Y muchísimas ganas de seguir aprendiendo.

GRACIAS!

Sin esta palabra mucho de lo que planeé no podría haberse concretado. Gracias a Patito, que sin su aguante, amor y compañía no podría hacerlo. Gracias a mi familia por confiar en mí y entender que lo que más quiero en esta vida es viajar y conocer diferentes lugares y culturas. Gracias a mis amigos que cada vez que cuento mis locuras me alientan. Gracias a mi tía que va a cuidar a mi perro como si fuese suyo. Gracias a las personas que me ayudaron a tomar esta decisión, a las runas por darme confianza y hacer que crea en mí.

Espero que disfruten del viaje tanto como yo! Volemos, creamos y seamos felices juntos!!!

“El día que comprendí que lo único que me voy a llevar es lo que vivo, empecé a vivir lo que me quiero llevar”.