MIS EXPERIENCIAS DE VIAJE

India: ese destino tan soñado por tantos (parte1).

Y con alegría de irme de Egipto pero con tristeza de separarme de mi pareja ya comenzaba mi osadía sola. India me esperaba!

El primer impacto que tuve de India fue bueno. Después de estar como media hora buscando a mi Uber para ir a la casa de mi couch, preguntando a varias personas quienes todas me ayudaron, encontré mi auto! Primera nota mental, en India parece que están más aceptados los autos de Uber y se encuentran en una de las plantas del estacionamiento del aeropuerto, así de fácil (entenderlo me costó que el primer chófer de tanto esperarme me cancelara el viaje y me cobre la espera!). Si me hubiesen visto! Iba de acá para allá en el aeropuerto porque no entendía el punto que me marcaba el mapa, ya que cuando salis del aeropuerto de Bombay hay varios pisos según si arribas o partís! Es grande realmente y a eso sumarle como 35 grados de calor a las 7 de la mañana!! El cerebro no reacciona mucho, jaja.

En fin! Ya en el auto me dirigí a la casa! Feliz! Estaba en INDIA, así con mayúsculas porque después de tanto soñarlo, estaba en la cuna de la meditación, de la espiritualidad, con todo lo bueno que me habían contado! Más de un mes me esperaba en este país, nada podía salir mal… hasta que el conductor del Uber paró en un lugar enfrente de las vías del tren, y me dijo “es acá”…lo único que yo veía era un portón y pensaba “acá no puede ser!!!” cosa que se lo dije, así que gracias a su amabilidad llamó a mi anfitriona que recién atendió el teléfono a la tercera llamada (era muy temprano!!). Y definitivamente ahí no era! Gracias!!! 2 minutos después llegue a destino, me bajé, vi que la numeración coincidía (es muy difícil encontrar las numeraciones de las casas o edificios) pero el edificio que tenía que ir era el 145B, y yo solo veía el A y el C!! Mierda!!! Por suerte había un chico al que le pregunté, miró, se acercó a un edificio y me dijo “es este”, de verdad??? El edificio de afuera era una escalera sucia, llena de mugre, restos de comida… primero pensé, si entro ahí no salgo, segundo pensé: si el chico me dijo que es acá no tengo por qué desconfiar, así que subí. Cuatro pisos por escalera, ya transpiraba hasta por las uñas! Y ahí estaba mi couch!!! Llegué! Sana y salva. La primer osadía de India.

La casa, hermosa. Un departamento chiquito, más que limpio en donde vivía ella con sus padres. Me convidaron un té y me fui a dormir (Veeral -así se llama- me cedió su habitación y ella se quedó durmiendo abajo con sus padres).

Tan cansada estaba que ese día me desperté a las dos de la tarde. Sola en la casa con la madre que no hablaba nada de inglés iba a empezar a descubrir las costumbres hindúes. La primera fue cuando fui al baño, donde estaba el papel higiénico? La segunda cuando me bañé… el duchador estaba de adorno, allí se bañaban con baldes. La tercera que ya venía experimentando un poco desde Egipto, comer con las manos. La cuarta que ya había empezado a escuchar en el avión… está todo bien con eructar cuando terminas de comer. Y la quinta, nunca encontré un tacho de basura en la casa, de hecho la madre tiró por la ventana restos de comida. Ok, estaba conociendo la diferencia cultural.

Sin saber muy bien qué hacer, si donde estaba era seguro o no para caminar, con mucho calor, después de hablar con una chica India con la que me había contactado y con mi anfitriona, decidí quedarme en la casa. Tomarme mi tiempo para entender que comenzaba mi viaje sola en un país totalmente diferente al mío. Y ahí fue cuando cayó la realidad a mi cabeza y el miedo me venció… y si el miedo te vence inmediatamente aparece el llanto… quería irme, quería estar en buenos aires con mi familia, con mi perro, con mi novia… con mi baño y mi comida. Ya? En tan sólo unas horas en India? Entonces empecé a pensar qué me había llevado allá, a hacer este viaje y entender que si las cosas donde estaban salían mal tenía la posibilidad de tomar un vuelo a otro lado. Pero la angustia no paraba, sólo por momentos y gracias a la compañía de mi pareja vía videollamada que me alentaba a seguir.

Después de pasar una tarde triste sinceramente a la noche cambio un poco todo. Con la compañía de Veeral cené en su casa (por suerte no acepté el arroz porque debía comerlo con la mano y aún no estaba preparada!) y salimos a dar una vuelta en su motito. Me llevó a comprar agua y unas barras de cereal (siguiendo el consejo de mi papá, que me ayudaron mucho cuando tenía hambre y no sabía qué comer), la acompañé a que fumara un cigarrillo en un puesto de la calle (ella sólo compraba cigarrillos sueltos para fumar uno por la noche, o dos) y fuimos a charlar un rato a la costanera. Así que la cosa ya comenzaba a cambiar.

“La vida te trae exactamente lo que necesitas.» – Miguel Ruiz.

Al otro día ya ha había arreglado con la otra chica con la que me había contactado para ir a almorzar. Previo de ir a comer me acompañó a comprar un chip de teléfono, y menos mal que me ayudó porque lograr tener internet fue complicado! Y fuimos a almorzar!

Gracias a la buena onda y hospitalidad de estas dos chicas la cosa iba cambiando. Después de comer Ishita (así se llama) me dejó con un taxi en uno de los lugares más turísticos, la puerta de Bombay. Ya ahí me tocaba recorrer sola porque ella tenía que trabajar. Así que junté valor y ahí fui! Y qué difícil se hace caminar cuando se te acerca una persona y te pide sacarte una foto, y después otra, y otra… hasta que de repente tenés diez personas pidiéndote selfies! Claramente entiendo a los famosos, es un dolor de huevos!!! Ya casi famosa en todos los Facebook de India supongo, seguí caminando al tan conocido Colaba market. Es una especie de “mercado” al aire libre en donde venden ropa, bijouterie, cosas para la casa y demás. Todo hermoso pero no podía gastar plata! Caminé, camine y caminé. Transpiré, transpiré y transpiré (perdón que lo cuente así pero es un detalle muy importante de la estadía en India). Y ya no sabía qué hacer siendo las 5 de la tarde. Así que hice la gran turista y busqué un Starbucks cerca (ya me habían dicho que había uno), y al llegar fue la gloria! Había aire acondicionado, me quería quedar a vivir ahí jaja!

Disfruté del frío, de un latte helado y me relajé un poco esperando encontrarme nuevamente con mi couch. Con ella pasear por las calles de Bombay era mucho más fácil! Caminamos hasta esperar que abriera un café donde ella siempre iba a fumar Shisha! Así que fuimos! Y la pasamos genial. Hablando, conociendo un poco de su cultura, de cómo piensa una chica de 30 años hindú, como es la vida en Bombay… y gracias a eso ya el segundo día llegaba a su fin y había sobrevivido!!

El tercer día empezó visitando dos templos, muy chicos la verdad cosa que me llevó muy poco tiempo recorrerlos. Así que pensando en qué podría hacer el resto del día, decidí ir a recorrer otro mercado…pero quedaba como a treinta cuadras y taxi no me iba a tomar así que empecé a caminar para así también ir conociendo más de las calles. Llegar no fue difícil, lo difícil era soportar el calor!!! Cuando llegué la verdad que no era nada de otro mundo ya que había más que nada frutas y verduras. Caminé un poco y decidí buscar otro Starbucks (si lo sé, la peor del mundo, pero me aseguraba de poder respirar un poco de aire frío y encontrar dónde poder comprar un agua fría – en los locales más o menos seguros la vendían caliente!), lo único que llegar implicaba caminar más de 30 cuadras así que igual ahí fui! Antes de llegar pasé por la playa, por lo menos a sacar fotos ya que es imposible meterse en ese mar.

Ya con mi sed calmada, decidí dónde ir… y fue a uno de los centros comerciales más grandes de la ciudad por lo que decía en Google. Así que me pedí un Uber y fui. Necesitaba caminar por un lugar en donde mi cuerpo dejara de transpirar!!! Así pasé mi último día en esa ciudad, ya que en la madrugada volaba a Goa, donde tenía el voluntariado en el Ashram. Cuando llegué al shopping, ya me quería ir jaja, ya que me aburren estos sitios, cada decisión que tomaba en India era desacertada! (traté de comer en Starbucks y sólo pude probar tres bocados de una comida fea y picante! Plata tirada!). Después de hablar como por una hora con mi novia, decidí tomar algo fresco… y ahí aprendí a no hacerle caso a los mozos! El chico que me atendió me recomendó pedirme un jugo frutal… previa consulta si era picante le hice caso ya que me había respondido que no… pero no fue buena decisión! El primer sorbo que le dí, picaba!!! Y como ya había perdido plata con el almuerzo está vez no estaba dispuesta a que me pasara lo mismo así que le pedí por favor y disculpándome que me lo cambiara por un café helado. Listo! Todo se soluciona!

Nuevamente a la noche me encontraba con Veeral para ir a cenar con ella y su amigo. Previo intento de ir a cambiar plata y que el lugar que había buscado estuviera cerrado, encontramos otro cerca. Ya con ella fuimos nuevamente a fumar una shisha los tres y luego a comer algo en la calle. Así mi última noche en Bombay terminaba muy bien.

Luego de cenar fuimos a la casa, necesitaba armar la mochila y bañarme! Y mientras esperaba la hora para irme (mi vuelo salía a las 5 de la mañana por lo que de la casa debía irme tipo 2/2.30) intercambiamos palabras en español e hindi con Veeral. Mi primer experiencia con couchsurfing en India había sido fantástica!! Con una familia realmente encantadora. La madre aunque no hablara en inglés me hizo sentir como en casa, ofreciéndome todo el tiempo comida y todo lo que pudiera para que me sintiera cómoda. Y mi anfitriona una persona realmente hermosa, dispuesta a compartir su tiempo conmigo y ayudarme! Realmente me he llevado una nueva amistad! Y con regalos de esta familia partí hacia el aeropuerto donde una nueva osadía me esperaba!!!

Pero como esta nota de hizo larga… habrá una segunda en donde cuente mi experiencia en el Ashram donde me esperaban dos semana!!!

“En la Maestría de la Transformación, los toltecas dividen a la gente en soñadores y en cazadores al acecho. Los soñadores saben que el sueño es una ilusión y juegan en ese mundo de ilusión sabiendo que se trata sólo de eso. Los cazadores al acecho son como un tigre o un jaguar, y están al acecho de toda acción y reacción.” – Miguel Ruiz.

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