MIS EXPERIENCIAS DE VIAJE

Italia: el comienzo del viaje.

Conociendo un país con algunas coincidencias con Argentina, ciudades hermosas y personas con muy buena onda, fue un lugar difícil de dejar.

Luego de una escala en Barcelona que nos sirvió para visitar una de las partes que más me gusta de la ciudad: Montjuic, llegamos a Italia!!! El primer destino fue Bérgamo, una ciudad que no es tan conocida pero donde llegan vuelos a un precio menor que en otras ciudades.

Bérgamo es una ciudad con mucha historia, como muchas en este país. Lindo, limpio, seguro y rodeado por la ciudad alta en dónde las casas se disponen entre el viejo muro de la ciudad. Un lugar que nos encantó visitar y pasear por sus calles.

Desde aquí visitamos Como. En mi segunda vez en esta ciudad pude conocer lugares que antes no había visto, como por ejemplo… el bar argentino! Como siempre, dando la nota. Si bien el día no nos ayudó ya que llovió desde que llegamos hasta que nos fuimos y encima hacia frío (un frío para el que no habíamos ido preparadas pensando que ya comenzaría la primavera en Europa…), caminamos por esta bellísima ciudad en la que sentís estar dentro un cuento cada vez que vas: con sus callecitas, sus locales de marcas muuuuy costosas y los vendedores ambulantes en las calles; las señoras de clase alta, los yates a orillas del lago y la tranquilidad de una pequeña ciudad pero tan turísticas al mismo tiempo.

La segunda parada fue Verona. Sin saber dónde iba y teniendo que pagar hotel porque no habíamos conseguido nadie en couchsurfing, la verdad que no le tenía nada de fe… pero ni bien di el primer paso al salir de la estación de tren, Verona me enamoró! La ciudad rodeada del río, con sus hermosos puentes y de fondo la montaña me enloqueció de amor por la ciudad y querer estar más de las dos noches planeadas (pero el viaje debía seguir). Si bien es una ciudad muy turística gracias a Romeo y Julieta, sus calles son hermosas, sus paisajes son encantadores y su energía es mágica. Una ciudad que recomiendo a todos visitar y quedarse mínimo 3 días para poder disfrutarla.

Teniendo que dejar con melancolía Verona, nos fuimos a Venecia. Si bien nos hospedamos lejos de la ciudad (gracias a Claudio que nos abrió las puertas de su casa!) la recorrimos dos días seguidos, yendo también a Murano. Y si pensábamos que venía haciendo frío… el segundo día amaneció con nieve!!! Nieve y en Venecia… algo más que pedir?! El tercer día, teníamos el vuelo a Napoli pero a las 8 de la noche por lo que le consultamos a nuestro couch qué otra ciudad podíamos conocer y nos recomendó ir a Padua… y Padua no nos defraudó. Una bellísima ciudad que tiene como particularidad tener 4 plazas una al lado de la otra, en dónde por la mañana hay mercados, tanto de comida como de ropa muy barata. Y si bien la ciudad nos recibió con un patrullero pidiéndonos los pasaportes cuando nos sentamos en una plaza a tomar mate (estábamos con las mochilas y quizás pensaron que nos quedaríamos allí) nos encantó!

“Todos los viajes tienen destinos secretos sobre los que el viajero nada sabe” – Martín Buber.

Con vuelo hacia el sur, llegamos a Napoli a las casi 11 de la noche. Sugestionadas porque todo el mundo nos decía “cuidado en Napoli porque roban mucho”, teníamos que ir de noche, sin conexión a Internet ni línea de teléfono, a la casa de otro couch. Caminamos por calles que, aún siendo de Buenos Aires, nos daban miedo; llegamos a la casa, sin timbre y en menos de cinco segundos nos fuimos a tratar de refugiarnos en algún lugar “seguro”. Caminando en un barrio de prostíbulos e inmigrantes, entramos en un restaurante para poder conseguir un hotel cerca de ahí. Conseguimos una opción lo más barata y cercana posible y fuimos… En el hotel nos atendieron de muy mala gana así que decidimos que al otro día nos iríamos a otro lugar! No queríamos ni recorrer la parte linda de Napoli. Así que luego de estar hasta las 2 de la mañana viendo opciones, decidimos que nos iríamos a Pompei.

Ya en Pompeya, cansadas del viaje y sorprendidas porque parecía que estábamos casi en otro país por las grandes diferencias que notábamos con las ciudades del norte, descansamos todo nuestro primer día en la casa que habíamos alquilado. Sólo salimos la noche a conocer el centro y nos llamó la atención lo poco que había para hacer!

Al otro día decidimos ir a conocer Sorrento. Y como ya era costumbre el clima no nos ayudó! La ciudad… linda. La parte del puerto y la vista al mar pintoresca pero el centro en sí la verdad que no me llamó la atención. Para poder seguir conociendo quisimos ir a Positano pero ya se había hecho tarde para poder ir.

Ya informadas un poco más sobre Pompeya al tercer día fuimos a ver las ruinas… como todo centro histórico es increíble que hace años haya habido una sociedad viviendo de una manera tan diferente y que hoy (y desde hace años) la gente camine por encima de ellos. Y también es increíble que un volcán que uno lo ve a tan lejana distancia haya acabado con dos pueblos. Estar ahí dentro causa algo en uno, hace pensar los siglos y siglos de años que van pasando y lo débiles que somos frente a la naturaleza como seres humanos.

Luego de las ruinas volvimos a Sorrento pensando que esta vez sí podríamos ir a Positano…pero no! El bus no volvía a la hora que necesitábamos y además ya se acercaba la Pascua (y en Italia la festejan a todo trapo!). Así que nuevamente caminamos un poco más por Sorrento, está vez sin lluvia y volvimos a nuestro departamento en Pompeya.

Sólo nos quedaba ahora conocer de cerca el Vesubio… así que el sábado a la mañana (nuestro último día en la ciudad) fuimos a visitarlo! Con sol en la mañana, llegamos a la base del volcán nevado!!! Y esta fue una de las grandes experiencias que nos dejó Italia. Nuestra primera vez ascendiendo un volcán. Llegar a la cima y ver un “agujero” en la tierra de la que sale humo literal, es extraordinario!!! Y cada vez que me enfrento a estas circunstancias admiro tanto a la naturaleza que nos regala este maravilloso universo! Y pienso en todo lo que tenemos para conocer.

Luego de esta hermosa experiencia, debíamos volver para el norte porque nuestro vuelo a Grecia saldría de Pisa. Así que el domingo de ramos partimos hacia Roma.

Roma… mi segunda vez en la ciudad, en la primera visita nada me había gustado mucho… me había parecido similar a Bs. As. pero con historia y sacando el Coliseo y el foro Romano la ciudad no me había llamado mi atención.

En esta segunda vez, la caminé más… y si bien siguió sin deslumbrarme, conocí otros rincones muy lindos. Roma realmente es una ciudad con historia en dónde la modernidad tiene que convivir entre medio de columnas, monumentos y el tan llamativo Vaticano. Siento que es una ciudad que nunca descansa: la gente se acerca de día y de noche a Piazza San Pietro; hay cola y cola para entrar al coliseo; los turistas se sacan fotos en Piazza Venecia y Trastevere trasnocha todos los días.

Y en este viaje estando en Roma agradecí no tener que vivir pensando en el terrorismo. Cuando mis amigos y familiares me avisaron que el día que llegué había alerta de bomba, me preocupé demasiado… luego me di cuenta que ni los diarios ni la tele italiana hablaban de ello, y me quedé tranquila cuando le preguntamos al chico que nos alojaba y nos dijo que si los medios no estaban hablando, que no nos preocupáramos. Y ahí de nuevo pensar en las diferencias que cada sociedad tiene… unas se preocupan por la inseguridad entre sus habitantes, el vandalismo…otras se tienen que preocupar por el daño que les hacen otras sociedades que piensan o sienten diferentes a ellos, otras porque hay países que por imponerse económicamente matan a gente inocente… y así se nos pasa la vida.

Pero como por suerte en esta vida, mi vida, decidí viajar tengo que seguir viajando! Y así de Roma nos fuimos una noche a Florencia. También mi segunda vez, en esta me encantó. Una ciudad grande pero chica, en donde el Duomo es imponente pero pasando el Ponte Vecchio la ciudad es mucho más calma. Hermosa, histórica, una ciudad muy turística pero que vale realmente la pena conocer. Eso sí, no tomen helado porque es caro y feo!!

Luego de la visita express a Florencia, pasamos por Bologna donde nos esperaba una amiga italiana que me dejó couchsurfing. Esta vez me recibía ella en su país! Una ciudad llena de adolescentes, estudiantes por todas partes. Interesante, linda, bohemia y joven! Con espectáculos a la gorra en la plaza central. Tiene muchas peculiaridades como la estatua de Neptuno frente a la basílica, pero la más llamativa son los arcos en donde uno habla en una punta y desde la otra se lo escucha como si hubiera parlantes. Es increíble! La historia cuenta que en la antigüedad las usaban para que los enfermos pudieran confesarse con los curas sin tener que acercarse. Si pasan por Bologna, vayan!

Ya terminando nuestro viaje en Italia tuvimos la suerte de hospedarnos en Lucca. Llegamos allí porque nuestro primer couch en Bérgamo nos había dicho que desde ahí se podía visitar Cinque Terre y porque también tuvimos la suerte de que nos alojarán, pero no sabíamos casi dónde estábamos yendo! Y gracias al Universo, fuimos!!!En Lucca pasamos nuestros mejores días… por qué? Primero porque Marco, quien nos alojó es una persona fantástica! Nos llevó a un circo cerca de la ciudad, nos hizo conocer a sus amigos/as (Simone!), nos llevó a conocer la ciudad y nos enseñó a jugar al Cub! Además de ser una persona 100% hospitalaria. También porque Lucca es una ciudad hermosa. Nos alojamos en lo que se llama dentro del muro… el muro que hace años rodeaba la ciudad. Sus calles angostas, con poca gente (salvo el domingo de pascua y lunes de pascueta), tranquila, sin ruidos, te hace sentir estar en una ciudad de antaño, en dónde nada puede preocuparte. Con unos parques maravillosos en toda la muralla que da vuelta la ciudad.

Lamentablemente los viajes en dónde hay cosas planeadas de antemano tienen eso de que tenés que dejar lugares que en otro momento no dejarías. Lucca fue uno de esos lugares en donde nos hubiésemos quedado una semana más! Peo Grecia nos esperaba…

“Cada mañana cuando me levanto, experimento una exquisita alegría, la alegría de ser Salvador Dalí, y me pregunto entusiasmado: qué cosas maravillosas logrará hoy este Salvador Dalí?” – Salvador Dalí

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