MIS EXPERIENCIAS DE VIAJE

Cuando los sueños se cumplen.

Desde la primer clase de francés en el secundario que anhelaba con ir a conocer la Torre Eiffel y todo el encanto de París. Y luego de muchos años pude lograr conocerla.

En Octubre de 2015 hice el viaje que más años esperé en mi vida y el cual siempre soñé: irme a Europa, ese continente tan lejano, y ansiado por muchos, del cual siempre se habla maravillas (será porque muchos de nosotros venimos de allá y por eso no podemos hablar mal de nuestros antepasados???).

Tenía 3 semanas y 3 países por recorrer… no era mucho pero por lo menos era el comienzo!

(Imagínense las ansias que tenía de ese viaje, que el día que me tenía que ir no me dejaba de doler la panza! –hasta que llegué a Ezeiza por supuesto).

Y fue en ese viaje donde también pude cumplir otro deseo que tenía y era el de comprarme una cámara profesional para que mis postales sean cada vez mejores!

LUGARES POR LOS QUE ESTUVE

Si bien no tenía tanto tiempo para todo lo que quería hacer tuve la suerte de conocer: España, Valencia (hermosísima ciudad) y la cosmopolita Barcelona. Luego recorrer Italia, conociendo Florencia, Venecia, Como, Cinque Terre y Roma. Y por último enamorarme de París en el primer abrir y cerrar los ojos en la ciudad.

“Un viajero sin capacidad de observación es como un pájaro sin alas” – Moslih Eddin Saadi

QUÉ ME LLEVÉ DE CADA UNO DE ESOS LUGARES?

Estando en España me pasaron dos cosas. Una fue alucinarme con la prolijidad de las dos ciudades en las que estuve, sobre todo la de Valencia, donde me sentía dentro de una maqueta. Y entender que las reglas se pueden cumplir (a diferencia de donde vivo en donde la gente es más “piola” por no hacer cumplir las reglas).

La segunda fue que justo cuando estaba en Valencia fui a visitar un pueblo llamado Sagunto, y como era 12 de Octubre en la plaza principal estaban festejando el día de la diversidad cultural, como se mal llama desde hace unos años. Esperando por años conocer uno de los países de donde viene mi familia (si bien mis raíces españolas se remontan a antepasados anteriores a mis abuelos), me sentí tan fuera de ese lugar como nunca me hubiese imaginado.

Sentir que festejaran una “conquista” en donde hubo matanzas y gente que fue desplazada de sus vidas por otra que se sentía “superior” me generó angustia. Quizás porque desde mi viaje al NOA sentí tanta empatía con los pueblos originarios y sus enseñanzas, que me sentí más argentina que nunca cuando estaba en esa plaza. Y lo volví a sentir cuando vi la estatua de Colón en Barcelona. Primer enseñanza del viaje: no todo lo que brilla es oro!

De Italia sólo me llevé la gran similitud con la Ciudad de Buenos Aires. Claramente las raíces italianas desbordan a muchos de los habitantes de mi ciudad: la desprolijidad, el griterío, la familia, la comida…

Y de Francia… París me enamoró con sólo mirarla. Sus calles, sus bares, su metro! Todo tan planificado. Y la torre… que a cuadras ya te hace sentir que estas dentro de un cuento, que estas llegando a un lugar de ensueño. Sobre todo de noche, en donde con sólo una iluminación parece que toma vida y te deslumbra con sus luces prendiéndose y apagándose. Ver la torre de noche fue un sueño cumplido! Sentí que estaba en ese lugar que tanto deseaba hacía años y sentirlo fue como irme de la realidad.

Sin duda alguna este primer viaje al “viejo continente” me sirvió para empezar a dar cuenta de realidades a las cuales no estaba acostumbrada: otras costumbres, otras reglas, otras estilos de vida. Y por sobretodo me sirvió como motor para decidir que este sólo había sido el primer viaje de tantos a Europa!

«Viajar sirve para ajustar la imaginación a la realidad, y para ver las cosas como son en vez de pensar cómo serán”. – Samuel Johnson

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